Pepito

Muchos niños son rebeldes, eso es un hecho. Las causas son varidísimas: el afán de alcanzar cierto protagonismo, la defenza de la libertad o el sólo hecho de llevar la contra son una de las más usuales. Pero Pepito, factor de desorden en donde se encontrara, era rebelde por motivos distintos. No era fácil darse cuenta de aquello, ya que acceder a su mundo interior era casi imposible. Casi ni hablaba de sí mismo. La única persona capaz de sacarlo de ese férreo hermetismo era su amigo Matías. Por él supe que en su familia, compuesta por nueve hermanos, nadie lo tomaba en cuenta. Todas las energías de sus padres eran consumidas por la preocupación de mantener a semejante número de hijos. Todo faltaba. Por esta razón ellos no repararon en algo tan importante para la formación de todo niño como lo es la imposición de ciertos límites y pautas de comportamiento. La verdad es que, además de alojar en ellos virtudes y costumbres, esta medida es una muestra de amor y cuidado . Los hijos saben eso. Es así como Pepito se sintió poco querido, y pensó que él no era importante para sus padres. Con sus rebeldías no buscaba más que ser tomado en cuenta, que alguien se inquietara si estaba actuando de manera incorrecta e hiciera algo por enmendar su carácter insufrible.
A los quince años se puso de novio con Angélica, mujer que le robó el corazón. Ella era muy tierna y cariñosa con él. Con su compañía conoció la experiencia de que alguien se preocupara por él y le manifestara constantemente su amor. Ella me dijo que Pepito, en realidad, era tranquilo, conciliador. Ante situaciones de tensión, gustaba de arreglar las diferencias recurriendo a diálogos. Angélica, que no estaba en su mismo colegio, no podía creer lo que se decía de Pepito en el colegio: que era un pendenciero incurable.
Para sorpresa de todos sus profesores, los que pensaban que él odiaba todo lo relacionado con el colegio, Pepito estudió pedagogía en matemáticas. El director del colegio, en que hasta el día de hoy trabaja, lo tiene como un ejemplo de maestro. Según él, es admirable su capacidad para lidiar con los alumnos problemas. Logra comunicarse con ellos de manera de que saquen lo mejor de sí, para lo cual los hace observarse a ellos mismos. Sus alumnos me lo describieron como una persona cercana, a la que le pueden confiar sus secretos.

1 comentario:

carolita dijo...

Javiera;

Está muy bien escrito es una linda historia. Felicitaciones.

Puntaje: 1,0